domingo, 5 de diciembre de 2010

El entorno geográfico histórico




El entorno Geográfico Histórico

El Cornwall moderno ocupa una parte de la península del mismo nombre con una superficie de 3564 km2, constituyendo el extremo sudoccidental de Inglaterra. El territorio que formaba el habitad natural de los Dunein era conocido como Cerniw (Dumnonia para los romanos) y se entendía por el Cornwall histórico que estaba conformado por el actual Cornwall y Devon.

Posee unas costas muy accidentadas que se extienden a lo largo de 300 millas. Son bañadas por el Mar Céltico al Norte y al Oeste y por el Canal de la Mancha al Sur. La península termina en su parte Oeste en el llamando Land's End. Las Islas Scilly forman también parte de Cornwall.

La mayor parte del territorio es un alto páramo, una meseta de ondulantes colinas, azotado por el viento, que disminuye su elevación hacia el Oeste. Se observan colinas graníticas de modesta altitud, como el Monte Brown Willy (419 m), aproximadamente en el centro de la región.

Conrwall posee un clima templado y húmedo y en el sur presenta una rica vegetación, todo ello gracias a la benéfica influencia de los vientos marinos que entran desde el Oeste suavizando las temperaturas y aportando humedad. Sus paisajes y su clima la han convertido en un centro turístico. El río más importante es el Exe, que desemboca en el Canal de la Mancha.

La economía de Cornwall se ha basado en la ganadería, la minería del carbón y la pesca. En la actualidad el turismo ha experimentado un gran auge debido a la bondad de su clima y a la peculiar forma de vida tranquila y sencilla de sus gentes.

La región de Cornwall estuvo habitada desde épocas muy antiguas. Podemos encontrar gran cantidad de monumentos prehistóricos de piedra, erigidos por los antiguos habitantes preceltas de la región. Son muy conocidos, la llamada 'piedra del agujero', o Men-an-Told (de más de 3000 años), o el Dolmen de Lanyon. Muchos de estos monumentos han sido desde su construcción, y aún hoy lo siguen siendo, lugares de culto. La antigua religión europea sigue viva en Cornwall.

Los Celtas entraron en las Islas Británicas en el año 1000 a.C. La tribu que se asentó en la zona Sudoeste de Inglaterra fueron los Dunein o Dumnonii. Durante toda la antigüedad los habitantes de Cornwall explotaron los yacimientos de estaño (imprescindible para la fabricación del bronce) comerciando con los pueblos del mediterráneo. Se decía que entre las gentes de Britania eran los más cultos e inteligentes por este contacto continuado con las diferentes civilizaciones clásicas. El contacto y el movimiento de población céltica entre las islas y el continente fue constante llegando a la isla todas las innovaciones culturales y técnicas del continente. En el 300 a.C. Las diferentes tribus celtas se han extendido y colonizado las Islas Británicas.

Durante la época de las conquistas romanas Cornwall sufrió un ligero barniz de romanización. Los romanos fundaron la ciudad de Iscar (actualmente Exeter) como centro administrativo y de control del territorio. El dominio romano en esta zona fue nominal ya que el espíritu belicoso, independiente y al mismo tiempo dialogante de los Dunein, hizo que estos conservaran su independencia tras pactar con los romanos.

El nombre de Conrwall (derivado del más antiguo Cerniw), que toma toda la región, parece venir de la denominación que daban al extremo Oeste de la península. Según el autor británico J. Morris deriva del nombre de una tribu britona rebelde que los romanos disgregaron y repartieron por diferentes asentamiento a lo largo de las Islas Británicas. Un grupo de estos exiliados fueron asentados en cercanías de Land's End.

En el momento histórico en el que se desarrolla la novela (entre el siglo V y VIII d.C) las gentes de Cornwall apenas cambian su forma de vida, respecto a tiempos pasados. La romanización apenas les afectó y la supuesta cristianización no fue más que una convención formal ante la administración imperial.

En el año 407 las legiones romanas abandonan las Islas Británicas. Los vestigios de la romanización desaparecen rápidamente y los britanos vuelven a su forma tradicional de vida. Organizándose, de nuevo, en clanes, tribus, federaciones, etc.

Las diferentes tribus célticas luchan entre si por extender y afianzar su territorio frente a las demás. Desde el norte los Pictos y Caledonios realizan sucesivas y continuas incursiones de saqueo hacia el sur. Según la leyenda, fue el jefe britano Vortingern quién buscó mercenarios para su causa en las costas de Holanda, la Sajonia alemana y Dinamarca. Y esta fue la causa de que los sajones, frisios, jutos y anglos entraran en las Islas Británicas.

Hoy sabemos que mercenarios germanos, servían en las legiones romanas destacadas en Inglaterra. Se han encontrado restos arqueológicos de estos mercenarios en los muros de Antonino y Adriano al norte de la Isla. Por otra parte, los pueblos de las costas del mar del norte se movieron en sus embarcaciones hacia la costa sudeste de Inglaterra, unas veces comerciando y otras saqueando, según se presentase la ocasión. Como ocurrió en otras partes del imperio, estos bárbaros molestos y peligrosos, fueron combatidos por las legiones romanas hasta que ya no pudiendo soportar más esta constante presión se les invitó, en muchos casos, a aposentarse dentro de las fronteras del imperio con la contrapartida de tener que defenderlas de sus compatriotas. Inglaterra no fue una excepción, durante todo el bajo imperio se asentaron aventureros sajones, frisios, jutos y anglos en diferentes ciudades y zonas de la Isla. Cuando en el 450 Vortigern contrata sus mercenarios en el continente, estos guerreros no son, en modo alguno, desconocidos para los britanos ni Las Islas Británicas les son ajenas a estos mercenarios.

Vortingern establece contacto con los jefes jutos Hengist y Horsa que desembarcaron en el 456 en Kent con un ejercito. Encontraron a los celtas de las islas enfrentados y debilitados. Decidieron quedarse en aquellas nuevas tierras que les ofrecían mejores condiciones que las del continente.

No tardaron en seguirles otras tribus germánicas. En el 477 un ejercito sajón cruza el estrecho de Calais y desembarca en la costa meridional de Inglaterra. Allí fundan el reino de Sussex (sajones del Sur). Tras ellos llegaron más grupos de sajones que van desembarcando en diferentes zonas del Sur de Inglaterra fundando los reinos de Wessex (sajones del Oeste), Essex (sajones del Este) al Norte de Kent.

Tras los jutos y los sajones llegaron los anglos, en el 540, que ocuparon las tierras al norte del Támesis fundando los reinos de Anglia y Mercia.

Poco a poco los jutos fueron siendo absorbidos por las nuevas oleadas de sajones y anglos. En el año 600 el reino de Kent seguía conservando este nombre pero ya no era gobernado por los jutos.

Las diferentes tribus britanas fueron poco a poco arrinconadas hacia el Oeste. En el tiempo histórico de "La Espiral y el Dragón" solo permanecen, en el sur de Inglaterra, como pueblos libres en Cymry (El actual Gales) y Cerniw (Los actuales Cornwall y Devon) lugar donde se desarrolla "La Espiral y el Dragón".

La historia tradicional nos habla de los germanos como una banda de paganos atroces que exterminaron a los britanos del sur de Inglaterra. Hoy en día sabemos que esto no es cierto. Que estas opiniones estaban basadas más en los prejuicios y desconocimiento de aquellos que la escribieron que de la rigurosa verdad histórica. En los últimos años se han realizado diferentes estudios genéticos en Inglaterra con el fin de conocer el impacto de las invasiones germanas en la población de la isla. Es un estudio muy amplio que no plasmaremos aquí, solo haremos unas pequeñas reseñas. El material genético de los ingleses actuales comparado con el del continente (Dinamarca, Holanda, Sajonia y Alemania) demuestran que en algunos lugares de la isla los invasores germanos se mezclaron con la población, posiblemente, guerreros que se casaron con mujeres britonas, con lo que el aporte de genes del continente queda reducido a un 30%, aproximadamente. En otros lugares este aporte de genes continentales se eleva al 60%. Esto parece ser debido a familias germanas que se asentaron en la zona mezclandose menos con la población britona. De cualquier forma este estudio demuestra que no existió tal exterminio sistemático de la población celta.

Desde luego la convulsa historia europea del Siglo XX ha influido decisivamente en esta interpretación apocalíptica de la invasión de Inglaterra por hordas de germanos, paganos y sedientos de sangre. Estos prejuicios, nacionalismos e irracionalidad han venido, muchas veces, corroboradas y apoyadas por el material escrito de la época. Uno de los más importantes es el de un monje llamado Gilda que escribió el Excidio Britanniae (La ruina de Britania) aproximadamente en el año 550. Es una obra amplia pero de poco valor histórico pues está escrita con fines moralizantes, donde la verdad se deforma para que los malos, malísimo paganos reciban el justo castigo que merecen por sus pecados y maldades.

Estaremos más cerca de la verdad si pensamos que los germanos que llegaron a Inglaterra fueron conquistando y mezclandose con los pobladores celtas que encontraron allí. Es seguro que hubo muchas batallas cruentas y mucho derramamiento de sangre pero también mucho mestizaje entre ambos pobladores, condenados a convivir juntos y a entenderse. Así poco a poco y al cabo de unas generaciones de convivencia dejaron de existir diferencias entre britanos y germanos, todo se consideraban pobladores de Wessex, Mercia o Kent. Tal y como pasó en otras partes de Europa con otros pueblos germanos. Aún hoy en día, si nos fijamos, seremos conscientes de este mestizaje étnico y cultural entre celtas y germanos en las islas.

Cornwall y Gales resistieron durante mucho tiempo a la presión de los anglos y los sajones. Los galeses encerrados en su país montañoso resistieron valientemente a Mercia, primero, y a Inglaterra después. Cornwall fue un reino independiente hasta aproximadamente el año 950. El córnico es la lengua britana de Cornwall. Desapareció en el 1800 y ahora se está volviendo a recuperar.

En tiempos de la "Espiral y el Dragón" el reino anglo de Mercia choca con la fuerte resistencia del reino celta de Cymry (Gales) por lo que su expansión hacia el Oeste se ve paralizada. La única vía de expansión son el Este hacia Anglia y el Sur hacia Wessex. Los sajones de Wessex se habían expandido rápidamente hacia el norte, ampliando sus fronteras a costa del reino de Vortingern, que parece ser, se encontraba aproximadamente entre Worcester y Liehfield. Allí chocó con el reino de Mercia que también estaba en expansión. Los conflictos entre ambos reinos fueron frecuentes y sus fronteras variaban dependiendo de la suerte en las diferentes escaramuzas armadas entre ambos reinos. Tanto Mercia como Wessex necesitaban expandir sus dominios para obtener más posesiones y así mas poder y riqueza. Mercia los hizo a costa de Anglia y avanzando lentamente hacia el Sur. Wessex intentó crecer a costa de los territorios britanos del Oeste, es decir Cerniw. Avanzó muy lentamente (Tardó unos cuatro siglos en hacerse con Devon y Cornwall)debido a la fiera oposición de los habitantes celtas de la zona, los Dunein.

En esta época también encontramos otro grupo germano "visitando" las Islas Británicas. Estos germanos serían conocidos más tarde como Vikingos. Su influencia en la historia de Inglaterra aún no es determinante y no empezará a serlo hasta el 787 cuando atacan una pequeña isla al Este de Kent conocida como Thanet, pero innegablemente antes de esta fecha ya visitaban las costas inglesas, y al igual que sus primos anglos y sajones, unas veces para comerciar y otras para saquear.

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